Por supuesto amigos, ya nos hemos quedado sin aire acondicionado, ya nos hemos quedado sin energía eléctrica, pues por qué no nos íbamos a quedar sin el servicio de agua en el gimnasio.
Así es amigos, por un problema en el centro comercial, del cual el gimnasio es totalmente ajeno, el servicio se vio interrumpido. Una vez más el centro comercial haciendo de las suyas. Fueron al menos cuatro horas en las que no se contó con ese servicio y pues no había agua para tomar, tampoco para el servicio sanitario ni para las duchas.
Creo que eso es algo que el gimnasio no se esperaba que fuera a pasar, puesto que los agarró de sorpresa y no sabían muy bien qué hacer, creo que confiaron en que el problema se iba a resolver rápidamente, pero no fue así. Afortunadamente pasó en el horario en el que menos afluencia hay, por que de otra forma, habría sido bastante desastroso, incluso más.
Tal vez lo que no me gustó de esa experiencia, fue la mala gestión que hizo el gimnasio. Y es que ese es uno de los problemas de pertenecer a una franquicia tan cerrada, en que muchas de las decisiones deben ser tomadas por personas de la oficina corporativa, que no están en el campo, que no ven la situación de primera mano y que cuando al fin les llega toda la información o buena parte de ésta y se ponen a discutir qué acción tomar, pues el tiempo va pasando y la molestia va creciendo de forma exponencial.
Lo peor fue quizá, que la solución compensatoria que ofreció el gimnasio, fue que los usuarios podíamos ir a cualquiera de las otras sedes, para hacer el ejercicio. Lo que en el papel, para algún ejecutivo de la franquicia le pareció buena idea, no lo es en la práctica, puesto que nadie iba a desplazarse unos cincuenta a sesenta kilómetros, meterse a tres o más horas en el tráfico, sólo para hacer el ejercicio. Realmente, los ejecutivos corporativos no tienen idea de nada.
Fue divertido recibir un correo electrónico a las 14:30 horas, aproximadamente, indicando que había problema con el agua, a pesar de que el mismo surgió cerca de las 10 de la mañana, es decir cuatro horas después, indicando que podía usar otra sede y a los veinte minutos, recibir otro correo diciendo que siempre no, que ya se resolvió el problema del agua y que podía ir a la sede en la que estoy asistiendo. ¿En serio me estás diciendo eso? ¿en serio esa fue la mejor solución que encontraron?
Estoy seguro de que si la solución se hubiera tomado localmente, sin pasar por toda la burocracia corporativa, la respuesta hubiera sido mucho más efectiva, satisfactoria, eficiente y rápida. En fin, así es la vida en una franquicia.
Amigos pasen adelante y antes de que se corte el servicio del agua, o de la electricidad o del aire acondicionado, denle al botón del play y escuchen este nuevo episodio de Daily Gym.