La confianza en Dios

En la capilla de la Academia Naval de Anápolis (Maryland), Estados Unidos, el vitral del presbiterio muestra al apóstol Pedro hundiéndose en las aguas del mar de Galilea. El momento allí evocado es aquel en que el discípulo extendió su mano hacia Jesús y gritó: «¡Señor, sálvame!» (Mateo 14:30). Parece evidente que esa obra de arte está allí para que los marinos tengan en cuenta que en los naufragios y en otras crisis de la vida es necesario clamar a Dios y confiar en él.

Hemos leído que, durante la Segunda Guerra Mundial y en otros episodios bélicos mucho más recientes, hubo numerosos cristianos que oraron a bordo de sus naves cuando la situación era desesperante y pusieron su esperanza en Dios. Tal vez algunos de ellos recordaron entonces la escena representada en la capilla de la Academia Naval.

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