Día de la Madre

No hay palabras que logren sintetizar, ni siquiera explicar, lo que es una Madre, pero madres hay muchas, pero solo una responde cada vez que la llamo. A mi mamita chula, que Dios te bendiga hoy y siempre.

Su Palabra

Aunque tú y yo fallemos y el mundo entero sucumba, la Palabra de Dios permanece inalterable. Cuando todo se encuentre sumido en el caos y nos veamos inmersos en un mar de confusión y tempestad, refugiémonos en Su Palabra. «La fe viene por el oír la Palabra de Dios» (Romanos 10:17). Su Palabra siempre nos … Leer más

Paz en medio de la tempestad

Años atrás, cuando las travesías marítimas eran mucho más frecuentes que los viajes aéreos, un transatlántico se vio vapuleado por una tempestad. Durante dos días arreció el temporal. Los pasajeros estaban atemorizados. Finalmente, un angustiado viajero se trepó hasta donde podía divisar al piloto. Al retornar al lugar de la nave donde se encontraban los … Leer más

Mientras haya vida

Aunque Henri Matisse tenía casi veintiocho años menos que Auguste Renoir, los dos grandes artistas eran íntimos amigos y compañeros frecuentes. Estando Renoir confinado en su casa, en su última década de vida, Matisse lo visitaba a diario. Su amigo, casi paralizado por la artritis, continuaba pintando a pesar de la enfermedad. Un día, al … Leer más

Meditación de las Siete Palabras

Oración

Jesús en la Cruz aboga:
da al ladrón: lega su Madre:
quéjase: la sed le ahoga:
cumple: entrega el alma al Padre
Al Calvario hay que llegar
porque Cristo, nuestra Luz,
hoy también nos quiere hablar
desde el ara de la Cruz.

¡Virgen de dolores y Madre mía! Que, como Tú, acompañe yo siempre a tu Hijo en vida, redención y muerte. Y después de glorificado en la tierra, le glorifique por toda la eternidad, junto a Él y junto a Ti. Te lo pido por tu aflicción y martirio, al pie de la Cruz. Asísteme siempre especialmente en este último momento del combate cristiano que abrirá la eternidad feliz, en compañía de tu Hijo. Así sea.

Señor pequé, Ten piedad y misericordia de mí.

Primera Palabra

«Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34)

Aunque he sido tu enemigo,
mi Jesús: como confieso,
ruega por mí: que, con eso,
seguro el perdón consigo.

Cuando loco te ofendí,
no supe lo que yo hacía:
sé, Jesús, del alma mía
y ruega al Padre por mí

Señor y Dios mío, que por mi amor agonizaste en la cruz para pagar con tu sacrificio la deuda de mis pecados, y abriste tus divinos labios para alcanzarme el perdón de la divina justicia: ten misericordia de todos los hombres que están agonizando y de mí cuando me halle en igual caso: y por los méritos de tu preciosísima Sangre derramada para mi salvación, dame un dolor tan intenso de mis pecados, que expire con él en el regazo de tu infinita misericordia.

Señor pequé, Ten piedad y misericordia de mí.

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