Con mi corazón y mis manos
Meditaba en su cuarto de estudio un predicador, buscando una ilustración sobre el amor. De pronto entró en el cuarto su hijita pequeña, diciendo: – Papá, siéntame un poco sobre tus rodillas. – No, hijita, no puedo ahora; estoy muy ocupado -contestó el padre. – Quisiera sentarme un momento en tus rodillas, súbeme, papá -dijo … Leer más