Hola amigos, hoy toca hablar de un tema bastante desagradable, pero que es necesario comentar. A pesar de lo complejo que es, trato de explicarlo lo más claro y conciso posible.
¿Qué pasa si se deja de pagar el gimnasio? pues aparte de lo evidente, acá detallo algunas cosas desagradables.
Desde un inicio, he considerado que tanto el contrato, reglamento y empresa en general, es bastante hostil hacia el usuario, a pesar de la aparente imagen de que todos son bienvenidos, si miramos detenidamente el contrato y algunas actitudes y procedimientos en general, nos damos cuenta de que no es tan amistoso como parece, que es más bien hostil hacia el cliente.
Por momento, pareciera que nos hicieran un favor y que debiéramos estar agradecidos por eso, cuando un contrato se celebra entre dos partes que se ponen de acuerdo para dar y recibir determinados elementos, donde unos y otros tienen obligaciones y responsabilidades.
Independiente de eso, no existe empatía hacia el cliente y en lugar de ayudarlo y tratar de conservar al cliente, más bien es rechazado y ahuyentado. Algo que otros gimnasios que son competencia directa no tienen y que son más empáticos en ese sentido.
Cuando empecé a investigar sobre el gimnasio y empecé a leer detenidamente el contrato, entre más avanzaba en la lectura, más me iba decepcionando y queriendo no inscribirme, de hecho, se supone que a todos antes de inscribirse han leído el contrato, pero seamos sinceros, nadie lo lee a profundidad, si lo hicieran estoy seguro que muchos no se inscribirían, yo estuve a punto de no hacerlo.
Desafortunadamente la cultura de muchas empresas en Guatemala, es similar pero en ningún lado había visto un trato tan hostil hacia quien les está dando dinero.
Pasen adelante, denle al botón del play y acompáñenme en éste breve análisis.