Un hombre entró en el taller de reparaciones de motores diesel de mi padre y, luego de explicarle que era chofer de una compañía de trasportes, le propuso:
– ¿Qué le parece si incluimos en la factura algunas partes adicionales? La compañía las pagará, y usted y yo nos repartiremos la diferencia.
A pesar de que mi padre se negó, el cliente insistía:
– Vengo por aquí con frecuencia. Podríamos sacar una buena tajada.
Papá repuso que no era así como él trabajaba.
– ¡Pero si todos lo hacen! -exclamó el hombre. ¿Es usted tonto?
Furioso, mi padre le pidió que se fuera a buscar otro mecánico.
De pronto, el hombre sonrió y le extendió la mano.
– Soy dueño de una compañía de transportes -explicó. Andaba buscando un mecánico de confianza y acabo de encontrarlo.