Una sonrisa…

Una sonrisa no cuesta nada y vale mucho. Enriquece a quienes la reciben sin empobrecer a quienes la dan.

Dura sólo un instante y perdura en el recuerdo eternamente.

Nadie es demasiado rico para prescindir de ella, ni demasiado pobre para no merecerla.

Lleva la felicidad a todos y a todas partes.

Es símbolo de amistad, de buena voluntad.

Es aliento para los desanimados, reposo para los cansados, consuelo para los tristes, rayo de sol para los amargados y resurrección para los desesperados.

No puede ni comprarse, ni prestarse, ni robarse, pues no tiene valor hasta el momento en que se da.

Y si alguna vez tropiezas con alguien que no sabe dar una sonrisa, sé generoso, dale la tuya, porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa como el que no sabe sonreír.

Cuando tú naciste todos sonreían, sólo tú llorabas; vive de tal manera que cuando mueras, todos lloren, y solo tú rías.

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