Para hacer una obra maestra

Un joven artista estaba tratando de copiar una de las más hermosas pinturas del mundo, hecha por Rafael. Había ido a Florencia a estudiarla, y luego se dedicó a copiar esta obra maestra. Al terminar, el artista veía que había hecho una pintura hermosa, pero que no podía en ninguna manera compararse con la excelencia del original. «¡Ah, si pudiera posesionarme del espíritu de Rafael!», exclamó el joven, «sólo entonces podría pintar como el gran maestro.»

Cuando aceptamos al Señor Jesucristo, Él nos da la ayuda del Espíritu Santo para brindarnos la fortaleza que necesitamos para vivir y servirle según Su voluntad. Mientras más nos domine el Espíritu Santo en nuestra vida, tendremos más poder para hacer de nuestra vida una obra maestra.

Deja un comentario