Un señor va en su automóvil y se percata de que está perdido, maniobra y pregunta a alguien en la calle:
– ¡Disculpe!, ¿podría usted ayudarme? He quedado a las 14:00 con un amigo, ¡llevo media hora de retraso y no sé dónde me encuentro!
– Claro que sí -le contesta- se encuentra usted en un automóvil, a unos 7 Km. del aeropuerto de la ciudad, en 14.64 grados de latitud norte, y -90.51 grados de longitud oeste.
– Es usted ingeniero, ¿verdad? – dice el del carro.
– Sí señor, lo soy. ¿Cómo lo ha adivinado?
– Muy sencillo, porque todo lo que me ha dicho es “técnicamente correcto”, pero “prácticamente inútil”: continúo perdido, llegaré tarde y no sé qué hacer con su información.
– Usted es político, ¿verdad? – pregunta el de la calle.
– En efecto -responde orgulloso el del carro- ¿cómo lo ha sabido?
– Porque no sabe dónde está ni hacia dónde se dirige, ha hecho una promesa que no puede cumplir y espera que otro le resuelva el problema. De hecho, está usted exactamente en la misma situación que estaba antes de preguntarme, pero ahora, por alguna extraña razón parece que la culpa es mía.
Cualquier similitud con la realidad, es pura coincidencia 😉