«¿Quién de vosotros asumirá la responsabilidad de alimentar a los hambrientos» , preguntó Buda a sus discípulos cuando el hambre asolaba Shrvasti.
Ratnakar, el banquero, movió la cabeza diciendo:
– «Todas mis riquezas no bastarían para dar de comer a los hambrientos. «
Jayasen, el general del Ejército real, respondió:
– «Estaría dispuesto a dar mi propia sangre, pero no tengo comida suficiente en mi casa.»
Dharmapal, que poseía muchas hectáreas de tierra, dijo con un suspiro:
– «El demonio de la sequía ha absorbido la humedad de mis campos. No sé cómo pagar los impuestos.»
Se levantó entonces Snpriya, la hija del mendigo. Hizo una reverencia a todos y dijo humildemente:
– «Seré yo quien dé de comer a los hambrientos» .
– «¿Cómo?», gritaron todos sorprendidos. «¿Qué esperanzas puedes tener tú de cumplir esa promesa?»
– «Soy la más pobre de todos vosotros. Esta es precisamente mi fuerza. Tengo mi arcón y mi despensa en cada una de vuestras casas.»
Rabindranath Tagore
ALguien anda super desaparecido por aquí y por todos lados jajaja. Cómo has andado pepe?.
Bonita reflexión, este tipo de humildad y sabiduría es la que pido que me den todos los días y allí voy…
abrazotes