Planea tus actos con atención

Mide las consecuencias de tus actuaciones. Calcula, por anticipado, los efectos de tus actos.

No dejes los resultados al azar. No te engañes confiando en la suerte. El trabajo planeado, ordenado y realizado con diligencia tenaz, es la condición natural del éxito en tus propósitos.

Reconoce tus fallas y aprovéchalas para sacar lecciones positivas con el fin de evitar caer en errores, una y otra vez. Evalúa tu proceder y acepta, si te equivocaste, comenzar de nuevo con entusiasmo renovado.

Siete veces cae el justo, pero se levanta mientras los malos se hunden en la desgracia. Pr. 24, 16

Del libro «366 Maravillosas Motivaciones» , de Tiberio López Fernández

Deja un comentario