Para que descanses plácidamente

Si comienzas a sentir fatiga por el exceso de trabajo intelectual o por tus preocupaciones, haz ejercicios de percepción en los que no analices nada.

Sitúate frente a un árbol y obsérvalo en paz, detallando sus partes integrales, sin pensar en nada más.

Detállalo de abajo hacia arriba. Siente la sensación de gozo por la belleza de sus formas. Contempla, despacio, las raíces que sobresalen, las nudosidades del tallo, la forma de sus ramas y sus hojas, el color de sus flores y sus frutos.

Míralo con atención tranquila, feliz y agradecido de contar con una criatura hermosa en qué complacerte y reposar.

La contemplación te concede paz interior.

Del libro «366 Maravillosas Motivaciones» , de Tiberio López Fernández

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