Nunca es demasiado tarde

Diógenes Laercio, en su libro vidas y opiniones de filósofos eminentes, relata una historia sobre Lacydes, el pensador de la antigüedad.

Según la historia, comenzó de muy avanzada edad a estudiar geometría. Alguien le preguntó: «¿Es entonces ahora oportuno que aprenda usted?» «Si no lo es hoy», contestó el filósofo, «¿cuándo lo será?».

Todos esperamos siempre el momento oportuno: el tiempo adecuado para hacer una buena obra, para comenzar a actuar. En realidad, no es porque el momento no sea oportuno, sino por nuestra falta de decisión. Nunca es demasiado temprano ni demasiado tarde para decidirnos a hacer algo bueno, para orientarnos en una dirección nueva y positiva, encaminada hacia Dios.

Deja un comentario