La Semana Santa en Guatemala, es una mezcla de colores, olores, sonidos y sabores, donde la tradición, el sincretismo y la fe, conviven en estrecha y perfecta armonía. Es una época del año que se vive al máximo, en todo su esplendor y con un total abolengo.
Sin temor a equivocarme, puedo asegurar, que no hay fechas mas importantes para los guatemaltecos, que los días de la Semana Santa, incluso se ha ampliado y el límite de la semana ha sido superado, a varios días previos y posteriores.
Pero va mas allá, muchas de las actividades católicas, que son las que dan el origen a la esencia medular de la semana mayor, inician días e incluso meses antes. Oficialmente desde el martes de carnaval, el día previo al miércoles de ceniza e inicio de la cuaresma, el menú en las mesas guatemaltecas, va cambiando sutilmente. De repente, se llena de platillos cuyos sabores solo se pueden disfrutar durante ésta temporada.
Los millones de feligreses católicos, lentamente, conforme avanza la cuaresma, van cambiando sus actividades, que incluyen reuniones con los vecinos, para organizar la alfombra para la procesión, la adquisición del turno para cargar, la confección de la túnica y demás parafernalia propia de la celebración.
En las misas vamos viendo como han cambiado los colores y las lecturas litúrgicas, preparándonos para llegar al día mas importante de todos, al mas grande de la semana mayor, al Viernes Santo, donde reflexionamos sobre la pasión, muerte y resurrección de Jesús, sobre sus enseñanzas y sobre todo, una introspección que nos haga retomar el rumbo si es que lo estamos perdiendo, siguiendo sus enseñanzas.
Definitivamente, no hay mejor lugar en le mundo para vivir la Semana Santa, que en Guatemala.
La fotografía es de La Chachi. Pueden disfrutar de mas de sesenta marchas fúnebres, en el especial de Semana Santa, del podcast «Las 6 de la Mañana«