Un niño parcialmente sordo volvió a su casa después de la escuela. En sus manos traía una nota. Era una nota de las autoridades de la escuela, sugiriéndoles a sus padres que lo sacaran de la misma. De acuerdo con estas sabias autoridades, este niño era «demasiado estéril e improductivo como para aprender».
Luego de leer esta nota la madre del niño señaló: Mi hijo Tom no es demasiado estéril ni improductivo como para aprender. Le enseñaré yo misma. Y eso fue lo que hizo.
Muchos años más tarde Tom falleció, muchos norteamericanos le rindieron tributo apagando las luces durante un minuto. Era un tributo digno y adecuado para Thomas Alva Edison, que había inventado la bombilla eléctrica, el cine y el fonógrafo. Patentó miles de inventos. También tenía el don de dar palabras motivadoras y poderosas.
Ni nosotros ni nadie con los que trabajamos están lejos de aprender. Nadie está más allá de descubrir nuevos caminos para expresar talento, entusiasmo, creatividad y amor. Nadie está exento de recibir afecto y aliento.
Nunca abandonemos las cosas buenas que hacemos, no importa lo que digan los demás. Perseveremos y alentemos a los otros para que sigan su curso también. Nuestro Padre celestial no nos ha abandonado a ninguno de nosotros jamás. Y nunca lo hará.