La Montaña Negra
«¡Voy a irme a la Montaña Negra!», gritó el pequeño Ricardo de cinco años. «Muy bien, si eso es lo que quieres, adelante», le respondió su madre abriendo la puerta y acompañándolo hasta el pórtico. Un manto de silencio cayó sobre él. Hacía rato que ya no había sol y la oscuridad de la noche … Leer más