Etiqueta: Dios

  • Si quieres, puedes

    En tu vida hay dos piezas que no encajan: la cabeza y el sentimiento.

    La inteligencia -iluminada por la fe- te muestra claramente no sólo el camino, sino la diferencia entre la manera heroica y la estúpida de recorrerlo. Sobre todo, te pone delante la grandeza y la hermosura divina de las empresas que la Trinidad deja en nuestras manos.

    El sentimiento, en cambio, se apega a todo lo que desprecias, incluso mientras lo consideras despreciable. Parece como si mil menudencias estuvieran esperando cualquier oportunidad, y tan pronto como -por cansancio físico o por pérdida de visión sobrenatural- tu pobre voluntad se debilita, esas pequeñeces se agolpan y se agitan en tu imaginación, hasta formar una montaña que te agobia y te desalienta: las asperezas del trabajo; la resistencia a obedecer; la falta de medios; las luces de bengala de una vida regalada; pequeñas y grandes tentaciones repugnantes; ramalazos de sensiblería; la fatiga; el sabor amargo de la mediocridad espiritual… Y, a veces, también el miedo: miedo porque sabes que Dios te quiere santo y no lo eres.

    Permíteme que te hable con crudeza. Te sobran «motivos» para volver la cara, y te falta arrojo para corresponder a la gracia que Él te concede, porque te ha llamado a ser otro Cristo, ipse Christus! -el mismo Cristo. Te has olvidado de la amonestación del Señor al Apóstol: «¡te basta mi gracia!» (2 Corintios 12:9), que es una confirmación de que, si quieres, puedes.

    Del libro «Surco», de San Josemaría Escrivá

  • Dormida por 20 años

    Tras 20 años de permanecer en estado de coma, la estadounidense Sarah Scantlin despertó de forma repentina y hablando, según informó la cadena norteamericana de noticias CBS a principios de 2005.

    En 1984, Scantlin tenía 18 años cuando fue atropellada por un conductor ebrio, quedando en estado vegetal. Desde ese momento, permaneció en un centro de cuidados del estado de Kansas.

    Sus padres recibieron un llamado telefónico en el cual era la propia Sarah, entonces de 38 años, quien les comunicaba acerca de su estado de salud. Los doctores aún no se explican su repentina mejoría.

    Milagros siempre suceden. Dios es Dios de milagros. Son grandes los hechos de Dios. Nunca pierdas la fe, porque aún cuando las circunstancias digan que no, Dios puede decir que sí. Si vivimos una vida sin poder creer en el Dios de milagros, viviremos una vida sin esperanza y muy vacía de cosas grandes.

    La ciencia médica aún se pregunta hoy alrededor del mundo cómo es posible que, en cada ciudad o país, sucedan milagros que ellos no pueden entender; pero gracias a Dios, muchos médicos hoy están reconociendo que por encima de la ciencia existe un Dios grande y poderoso.

    ¿Necesitas hoy un milagro? Mira al cielo y clama a Dios, y cree que no hay nada imposible para Él.

  • Los extras

    El esfuerzo EXTRA es lo que separa al ser superior del mediocre; al profesional del aficionado; al héroe del general; al desprendido del caritativo; al ganador del competidor; al amigo del conocido; al sabio del culto; al invencible del perdedor.

    En ese EXTRA que se saca de donde nadie sabe, cuando ya las fuerzas no alcanzan, cuando la noche acecha y la soledad quiere invadir el espíritu, es cuando los hombres se crecen. Ahí es donde se prueban las voluntades y donde el hombre se hace más hombre porque reconoce el poder divino de la esperanza y el valor inquebrantable de la fe.

    Pero hay también aquellos que en su diario y común vivir hacen de sus horas libres un continuo EXTRA.

    EXTRA son los días cuando en un anonimato voluntario compartes tu tiempo con unos ancianos o con unos enfermos; las horas que un maestro aporta en su tiempo libre para preparar mejor una clase; los momentos que un médico batalla en silencio para salvar a un paciente que no conoce.

    EXTRA es salirse de la comunicación técnica y preguntarle al compañero por sus hijos y su familia.

    EXTRA es el detalle de dar gracias, sonreír y saludar a aquel con el que te cruzas.

    EXTRA es decir una palabra agradable, es ceder el paso, es no sólo acordarse del cumpleaños de alguien, sino hacerle saber que no lo olvidas.

    EXTRA son muchos actos que distinguen al hombre educado del cortés, al generoso del egoísta, al social del huraño.

    EXTRA es bendecir al universo con sus bondades, por habernos enviado la lluvia que calma la sed y nutre las plantas, por ser capaces de disfrutar de la belleza del mar y del sol, que son regalos de la naturaleza para nuestros ojos y espíritu.

    EXTRA es alabar cada amanecer porque nos brinda un comienzo limpio y nuevo, diferente del de ayer.

    EXTRA es terminar cada día dando gracias por el hoy a Dios, que nos permitió unas horas con nuestros compañeros de viaje, y que tal vez estuvo pleno de retos.

    EXTRAS que nos sirvieron para saborear en toda su extensión las recompensas implícitas de nuestros actos EXTRAS.

  • En tiempo de vacas flacas

    ¡No puedes ser amigo de Dios sólo en tiempo de vacas gordas! ¡Debes seguir sirviendo al Señor aun cuando todo vaya mal!

    La mayoría de los cristianos son capaces de tener fe en circunstancias y situaciones normales y corrientes, en lo que suponen que Dios va a hacer; pero solamente los que tienen gran fe, como Job, pueden decir, cuando todo va mal y parece contrario a la Palabra y a lo acostumbrado: «¡Aunque Él me matare, en Él esperaré!» (Job 13:15) En otras palabras, Job decía: Aunque parezca que Dios está faltando a Su propia Palabra conmigo, aunque Él me mate en contra de todas Sus promesas, ¡yo seguiré confiando en Él!

    Si solamente vas a estar dispuesto a creer y obedecer al Señor mientras todo vaya sobre ruedas, no creerás ni obedecerás mucho, ¡porque cuando se sirve al Señor hay muchas cosas que parecen salir mal! Mas, aunque «muchas son las aflicciones del justo», la Biblia promete que «¡de todas ellas le librará el Señor!» ¡No importa cuántas sean ni nada! (Sal. 34:19) Así que tratemos de ser capaces de soportar nuestras pruebas y tentaciones, ¡y confiar en Dios pase lo que pase!

    ¡Confía, pues, en Dios, por muy oscuro que el camino te pueda parecer! ¡Toma Su mano hasta que raye el alba y despertemos semejantes a Él!