Etiqueta: Dios

  • El Mejor Doctor

    Un famoso autor fue invitado una vez por un renombrado cirujano a contemplar una difícil operación que iba a realizar.

    Mientras el cirujano llevaba a cabo los preparativos necesarios para la operación, parecía confiado, pero un poco nervioso.

    Luego, emprendiendo el camino hacia el quirófano, se detuvo un momento e inclinó la cabeza (mientras rezaba en su interior). Más tarde durante la operación, sus manos se veían sin nervios… se veían tranquilas…

    Terminada la operación, el autor expresó su sorpresa de que un cirujano rezase. Dijo: «Yo creía que un cirujano confiaba en su propia capacidad.»

    «Un cirujano es solamente un hombre», fue la respuesta del médico. «No puede hacer milagros por sí mismo. Estoy seguro que la ciencia no podía haber avanzado tanto, si no fuera por algo más fuerte que el solo hombre.»

    Y después terminó el cirujano diciendo: «Me siento tan cerca de Dios cuando estoy operando, que no sé dónde cesa mi habilidad y comienza la Suya.»

  • Llena tu copa

    La vida es una copa plena de felicidad, pero nunca se te da llena. Te dan un sorbito de vez en cuando… un sorbito que tienes que ir llenando gota a gota todos los días, para sobrevivir.

    No te la pases agitando tus desgracias, pronosticando tragedias imaginarias, asustado por posibles males que a lo mejor no llegan nunca. Nacemos para luchar por la felicidad… casi para crearla, para hacerla a pesar de la tristeza, los desencantos, los errores, las malas jugadas y los irremediables imprevistos.

    La felicidad no se va buscando en bienes y placeres. Se actúa bien y ella sola se nos va presentando. La felicidad no es estar añorando y extrañando todo lo que nos falta, sino encajar en todo lo que tenemos. No vendas tu felicidad… ¡regálala!

    No busques para ella fórmulas sencillas ni baratas… Cuesta trabajo, son caros los ingredientes: compartir lo que tienes; amar sin exigencias; perdonar sin cicatrices; aceptar sin perfecciones; agradecer lo que te dan… ¡Y no rendirte nunca!

    Todo tiene que ir armonizando: del panal, un poquito de miel; del mar, un poquito de sal; de la vida, un toquecito de optimismo; de la imaginación, algo de sueño; del dolor, algo de raíz… ¡Y de la Fe, algo de roca!

    No somos felices, porque no sabemos cómo llenar nuestra copa… Porque no sabemos dar a la vida un máximo de calidad y rendimiento… Porque miramos al mundo como un esclavo; al camino empedrado como un imposible, a la mala suerte como una sombra que nos persigue… ¡Al ideal como algo inalcanzable!

    No olvides que la más linda manera de ser Feliz es ocuparse de que otros lo sean. Da mucho de ti mismo y la felicidad llegará sola.

    Llena tu copa… ¡y salda tu cuenta con Dios siendo Feliz!

  • Forjar tu ser con felicidad

    Eres feliz cuando descubres el encanto de las cosas pequeñas. En ellas luce la verdadera grandeza. Eres feliz cuando disfrutas el ahora intensamente, no te ofuscas por el pasado ni te angustias por el porvenir.

    Eres dichoso cuando eres misericordioso, pacífico, limpio de corazón, cuando tienes hambre y sed de justicia. Eres dichoso cuando te esfuerzas por ser benevolente, humilde, amigo de Dios y hermano de los hombres.

    La felicidad no te es esquiva al caminar en la Verdad, actuar con la Justicia y vivir en el Amor.

    «El hombre, para ser feliz, no necesita riquezas ni dignidades. Lo estrictamente necesario basta para la alegría del cuerpo; la cultura desinteresada, para la satisfacción del espíritu; y el cumplimiento del deber, para la tranquilidad de la conciencia.» -Lacordaire

    La felicidad la llevas contigo si eres íntegro y bondadoso. La felicidad está en servir, no en dominar; nace de compartir, no de acumular.

  • Es hora de buscar a Dios

    Cuando la vida pierde su brillo…
    Cuando el tiempo deja de existir…
    Cuando ya no queda esperanza…
    Cuando no hay deseo de vivir…
    es hora de buscar a Dios.

    Cuando las flores no te impresionan…
    Cuando no ves la belleza de una mariposa al volar…
    Cuando no oyes música en el piar de un pájaro…
    Cuando el arco iris no te hace pensar…
    es hora de buscar a Dios.

    Cuando el alborear no te habla…
    Cuando el rayar del día no te hace sonreír…
    Cuando el cantar del gallo no te anima…
    Cuando el calor del sol no te hace mejor sentir…
    es hora de buscar a Dios.

    Si te preguntas el por qué…
    Si buscas una explicación…
    Si la vida no tiene sentido…
    Si crees que nadie tiene razón…
    es hora de buscar a Dios.

    Si el embarazo de una mujer no te dice nada…
    Si el nacimiento de u n niño no te hace llorar…
    Si un «papá dame un beso» no te llega al alma…
    Si un nieto no te hace soñar…
    es hora de buscar a Dios.

    Si el firmamento no te pasma…
    Si las estrellas no te vislumbran…
    Si la luna no te mira…
    Si el universo no te asombra…
    es hora de buscar a Dios.

    Mónica Iznardo

  • El fabricante de jabón

    Dios creó al hombre libre. Frente a la verdad puede abrirse o cerrarse, aceptar o negar. Este es el misterio del hombre frente a la generosa oferta de salvación que Jesús, el Hijo de Dios nos hace. Si el Evangelio, levadura santa de Dios, no penetra en los corazones, jamás podrá mejorarse la masa humana y hacer retroceder la oscuridad del mal y del egoísmo.

    Un fabricante de jabón dijo a un sacerdote: «El cristianismo no ha logrado nada. Hace 2000 años que se predica y el mundo no ha mejorado. Todavía hay mucho mal y gente mala.» El sacerdote señaló a un chico sucio de la cabeza a los pies, y respondió: «El jabón no ha logrado nada. Todavía hay suciedad y gente sucia en el mundo». «El jabón -contestó el empresario- sirve solamente si se lo aplica.» Y el cura volvió a replicar: «La fe cristiana también.»

    No basta escuchar y conocer las verdades de la fe: hay que vivirlas. «Dichoso el hombre que escucha la Palabra de Dios y la practica». Sólo así tu vida adquirirá consistencia y nada la derribará, pasarás victorioso las pruebas de este mundo perecedero y tendrás junto a Dios una morada de eterna felicidad. El Señor te asista en el combate de la fe.