Etiqueta: Dios

  • La fortaleza de un Hombre

    La fortaleza de un Hombre no está en el ancho de sus hombros…. Está en el tamaño de sus brazos cuando abrazan.

    La fortaleza de un Hombre no está en lo profundo del tono de su voz…. Está en la gentileza que usa en sus palabras.

    La fortaleza de un Hombre no está en la cantidad de amigos que tiene…. Está en lo buen amigo que se vuelve de sus hijos.

    La fortaleza de un Hombre no está en cómo lo respetan en su trabajo…. Está en cómo es respetado en su casa.

    La fortaleza de un Hombre no está en lo duro que puede golpear…. Está en lo cuidadoso de sus caricias.

    La fortaleza de un Hombre no está en su cabello o su pecho…. Está en su corazón.

    La fortaleza de un Hombre no está en las mujeres que ha amado…. Está en poder ser verdaderamente de una mujer.

    La fortaleza de un Hombre no está en el peso que pueda levantar…. Está en las cargas que puede llevar a cuestas.

    La fortaleza de un Hombre no está en su ser… Está en su amor a Dios.

  • Tú en potencia

    Luego de que Miguel Ángel esculpiese una hermosa figura, se le preguntó cómo había podido hacerlo. El maestro, respondió diciendo que la escultura ya estaba en el bloque de mármol desde un principio. Él simplemente había quitado todo lo demás.

    Del mismo modo Víctor Frankl, un famoso psiquiatra austriaco que sobrevivió a los campos de concentración de la Alemania nazi, pensaba que en la vida no inventamos nuestros talentos, sino que más bien los detectamos. En otras palabras, ya nacemos con los talentos… Sólo necesitamos descubrirlos.

    Dios puso en nosotros un potencial enorme que estamos por descubrir… depende de ti el hacerlo.

  • ¿Qué soy yo? ¿Un Hombre o una Mosca?

    Hoy pasé un día aburrido. No sé por qué, pero me aburrí durante parte del día. Es decir, hice lo que tenía que hacer, pero sin ganas, automáticamente, aburridamente. Estuve con no sé qué en la cabeza, y me costó prestar atención a lo que tenía que hacer.

    Y eso me duró hasta que empecé a observar a una mosca. Te preguntarás qué tenía que ver la mosca. Nada. Pero a veces las cosas más insignificantes nos hacen pensar. Y a mí la mosca me hizo pensar.

    Estaba sentada sobre el periódico. De ahí voló al cenicero; luego hacia la lámpara de pié que está en el rincón. De ahí a mi mano, haciéndome cosquillas. Normalmente la hubiera espantado en seguida, pero me intrigaba la mosca, y me pregunté qué estaría pensando ese animalito que no sirve para nada, sólo para molestar.

    Y la dejé. De mi mano se fue a la ventana. Y ahí empezó la locura. A toda velocidad. Y dale que dale con la cabeza contra el vidrio. Luego se alejaba unos veinte centímetros y dale de nuevo, a toda fuerza a chocar contra el vidrio. Una vez, y otra vez, y otra, y otra, incansablemente, siempre el mismo movimiento. Debe haber terminado con un terrible dolor de cabeza…

    Parecía que quería romper el vidrio a cabezazos. Bastante ingenuo para una mosca. Cuando se cansó volvió hacia la lámpara de pie, al armario, a la mesa, al cuadro, al techo. ¡Qué animal más indeciso! Iba a cualquier lado sin destino ni sentido.

    Y me puse a pensar. Las hormigas me gustan más. Por lo menos parecen saber lo que hacen y por qué. Cómo trabajan todas en fila, llevando las cosas, ida y vuelta, y trabajar… y trabajar…

    Y por ahí se me cruzó una idea peregrina por la cabeza. ¿Yo me parezco más a la mosca o a la hormiga? Lo pensé y saqué una conclusión. Yo debo ser una mezcla entre la mosca y la hormiga. A veces voy y vengo, empiezo una cosa y la dejo, empiezo otra y la dejo, hago una tercera y la dejo…

    Otras veces parezco la hormiga que trabaja, en serio, pacientemente, hasta terminar lo empezado. Pero me cuesta ser fiel a mí mismo y el trabajo empezado. Y sin embargo, la persona humana tendría que ser la criatura más fiel, más perseverante del mundo, porque hemos sido hechos a imagen de Dios… y Dios es Fiel.

    ¿Qué soy yo, un hombre, o una mosca que no sabe a dónde va, ni por qué, ni cuándo, ni cómo?… Sigo pensando… Y te dejo pensando.

  • Limonada # 365

    Y como Dios ayuda especialmente a sus siervos, muy tranquilo debe vivir quien sirve a Dios. «Quien teme al Señor de nada temblará, ni tendrá pavor, porque él mismo es su esperanza» (Eccli 34,16).

    Escritos Catequisticos – Santo Tomás de Aquino

    Libros

  • Volar sobre el pantano

    Si sientes que la vida no tiene sentido, que los problemas te están acabando, memoriza esta parábola:

    Un pájaro que vivía resignado en un árbol podrido en medio del pantano, se había acostumbrado a estar ahí. Comía gusanos del fango y se hallaba siempre sucio por el pestilente lodo.

    Sus alas estaban inutilizadas por el peso de la mugre, hasta que cierto día un gran ventarrón destruyó su guarida; el árbol podrido fue tragado por el cieno y él se dio cuenta que iba a morir.

    En un deseo repentino de salvarse, comenzó a aletear con fuerza para emprender el vuelo, le costó mucho trabajo porque había olvidado cómo volar, pero enfrentó el dolor del entumecimiento hasta que logró levantarse y cruzar el ancho cielo, llegando finalmente a un bosque fértil y hermoso.

    Los problemas son como el ventarrón que ha destruido tu guarida y te están obligando a elevar el vuelo o a morir.

    Nunca es tarde. No importa lo que se haya vivido, no importan los errores que se hayan cometido, no importa las oportunidades que se hayan dejado pasar, no importa la edad, siempre estamos a tiempo para decir BASTA, para oír el llamado que tenemos de buscar la perfección, para sacudirnos el cieno y volar ALTO y muy lejos del pantano.

    Abandona tu comodidad, enfrenta tus miedos e inseguridades, y sólo así, comenzarás a volar…

    Dios te acompañará y te dirá qué camino tomar.