La madre de una niña había sido llevada al hospital, y la pequeña estaba pasando la noche sola con su padre por primera vez.
Cuando llegó la hora de dormir, su padre la llevó a su cuarto y se quedó con ella por un tiempo. Poco después, apagó la luz y la niña se quedó con miedo. Ella preguntó: «Papá, ¿estás aquí? No puedo verte.» Después de asegurarle que él estaba cerca, ella se sintió segura con su presencia, y pudo dormir.
A veces no podemos ver a Dios, pero sabemos que según su promesa, Él está siempre con nosotros.