Un asno, que habiendo oído el gorjeo de los saltamontes, quedó muy encantado; y deseando poseer los mismos encantos de su melodía, les preguntó con que clase de alimento ellos vivían para darles voces tan hermosas.
Ellos contestaron:
– Con el rocío.
El Asno resolvió que él viviría sólo con el rocío, y al cabo de poco tiempo murió de hambre.
No hagas lo que los otros hacen o dicen, si no está dentro de tus capacidades el hacerlo.
Esopo