Te olvidaste de mirar a lo alto

Cuentan que un ladrón que había despertado las sospechas de un policía, entró de noche y cautelosamente en una oficina bancaria, dirigiéndose hacia la caja fuerte para robarla. Con su linterna miró a derecha e izquierda, observó minuciosamente el suelo: no había nadie.

Seguro de sí mismo, sacó las herramientas y se dispuso a forzar la caja. En el mismo instante el policía escondido en lo alto, se presentó ante él apuntándolo con la pistola, mientras que dos agentes le agarraban y esposaban. El policía arguyó:

– ¡Estúpido! Miraste bien a derecha e izquierda; examinaste el suelo… pero te olvidaste de mirar hacia lo alto.

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