La Paz

A la Casa de gobierno de un poderoso país llegó una caja conteniendo un rompecabezas. Las instrucciones decían que había que encontrar el lugar de cada una de las miles de piezas para descubrir el mensaje secreto que el juego contenía.

El Presidente del país, queriendo demostrar su inteligencia, comenzó a colocar piezas y pasó varios días trabajando, sin avanzar casi nada.

Entonces solicitó la colaboración de ministros y legisladores, quienes con mucho entusiasmo intentaban colocar las piezas en su lugar, pero al poco tiempo ya no sabían cómo seguir adelante.

Así que pidieron ayuda a los miembros de la oposición, los que con arrogancia comentaron que por fin el gobierno se había dado cuenta de quiénes eran los únicos que podían resolver el misterio.

Sin embargo muy pronto comprobaron que solos no podrían y solicitaron la ayuda del pueblo entero y todos se acercaron, religiosos, militares, obreros, comerciantes, políticos, industriales, jóvenes, viejos, docentes, alumnos, y entonces, cuando cada uno puso su saber, sus ganas, su corazón y además preguntó y compartió, la frase quedó armada.

Desde ese día ocupa un lugar especialmente elegido, donde todos pueden leerla y dice así:

«De la misma forma que se unieron para solucionar este problema el mundo deberá estar unido para lograr lo que más queremos: la paz.»

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