Presidente electo del Congreso, Pedro Muadi, permanece sentado sobre pantalla de votación del tablero electrónico, tecnología que tuvo un costo de Q7.5 millones.
Uno esperaría que el presidente de uno de los organismos del Estado, fuera no solo respetuoso, sino educado. Se esperaría que fuera el ejemplo a seguir por las generaciones actuales y que los jóvenes vieran en su persona al ideal de liderazgo.
Con actitudes como esta, que se puede esperar del respeto y cumplimiento de las leyes del país, si con algo tan simple como el respeto a la propiedad ajena, se ve que es algo de su menor interés.
Recuerdo que cuando era pequeño, en casa me regañaban cuando me sentaba mal en los sillones de la sala, en las sillas del comedor o cuando mi postura no era la esperada y no correspondía a los valores y principios con los que fui educado.
¿Como habrá sido la niñez del presidente del Congreso?, ¿lo habrán regañado cuando subía los pies a los muebles o se sentaba de forma no apropiada en la mesa?, pareciera que no fue así.
Una vergüenza mas para la tan mala reputación que tienen los diputados al Congreso. Si estuviéramos en otros países, por mucho menos, la persona hubiera renunciado a su cargo y su reputación habría quedado manchada, en Guatemala, solo queda como una anécdota mas, que da pie a bromas y chistes de ocasión.