Quiero ser esa humilde morada

Esta tienda de campaña que es nuestra vida, la más de las veces nos olvidamos de su temporalidad, actuando como si fuera ésta, algo definitivo. Nos empeñamos equivocadamente, por hacer del aquí y ahora lo trascendente y esencial. Así es como nos disipamos perdiendo la noción de quién es la única autoridad, el único Señor de nuestras vidas y fin último; dejamos libres nuestras rebeldías y somos superados por el amor propio, principio de nuestra debilidad y pecado.

Quiera Dios que en esta Navidad, podamos tener presente que: «Donde esté nuestro tesoro, estará nuestro corazón» y que si preparamos ese pesebre en nuestro interior, despojándonos de los apegos terrenales, Jesús renacerá colmándonos con los tesoros de su infinita Gracia.

Quiero recibir a Jesús en mi corazón.

Alicia Beatriz Angélica Araujo

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