Tito Rodríguez, Director del Instituto Argentino de Buceo, nos cuenta sobre esta especie:
El cangrejo violinista vive en las playas tropicales llenas de barro. Cava pequeñas madrigueras en la parte de la playa que quedará en seco durante la marea baja y al llegar ésta, sale para reparar su guarida y sacar las algas del barro.
Cada miembro de la colonia defiende su propio sector de terreno. Después de haber reparado su escondite y haberse procurado una buena comida, el macho se sitúa a la boca de la madriguera y cimbrea su enorme pinza que tiene un color más claro que el resto del cuerpo.
Esta es una clara señal para los otros machos que deberán mantenerse alejados y para las hembras que les indica que serán bien recibidas.
Este cangrejo sabe dar una señal clara a sus rivales y a sus futuras compañeras. Podemos sacar un provecho de esto. Nuestra vida diaria debe dar señales claras de aquello que no queremos compartir y de lo que sí queremos compartir.
Muchas veces, por no ser claros en nuestra vida, aceptamos cualquier amistad, cualquier conversación, cualquier película o libro sin trasmitir cuales con nuestros valores y principios. Nuestra vida no puede ser confusa y sin claridad. La gente que tiene claros sus valores y principios, sin mucho esfuerzo repelerán lo que daña y atraerá lo que edifica.