Transporte Gratis en las Elecciones ¿sabe quien lo paga?

Como es ya tradición, una vez mas se ofreció transporte gratuito el día de las elecciones. Cuando aún no tenía edad para votar, era la oportunidad para ir a dar vueltas gratis por la ciudad. Era común la reunión con amigos y nos aventurábamos a explorar la capital del país.

Claro que era una época en la que si bien ya habían asaltos esporádicos en los buses, estos se daban en horas y lugares muy específicos que todos sabíamos y que por consiguiente evitábamos. Cuando al fin participé en mis primeras elecciones, nuevamente el transporte gratis me llevó y trajo a mi centro de votación, dándole por fin, el uso adecuado al servicio gratuito.

Con el paso del tiempo, llegaron las computadoras y la tecnología al Tribunal Supremo Electoral y en algún momento pensaron que sería buena idea que los centros de votación estuvieran mas cercanos a donde viven las personas. De tal suerte, ya no tuve necesidad del transporte público gratuito, porque el mas lejano estaba a menos de siete calles. Y así con casi toda la población que vive en la Ciudad de Guatemala.

Sin embargo el transporte gratuito se sigue ofreciendo, aunque prácticamente ya no es necesario para nadie. Ahora que escucho de nuevo lo mismo, me puse a pensar en ¿quien paga este servicio gratuito?, porque todos sabemos que no hay nada gratis, alguien tiene que pagarlo.

El Alcalde Álvaro Arzú amablemente me proporcionó los datos relacionados a la primera vuelta de este año, fueron setenta y cinco mil personas, a razón de tres quetzales con cincuenta centavos cada una, lo que arroja un total de Q.262,500.00 . Debo aclarar que este dato corresponde únicamente al servicio del Transmetro.

Esta cantidad, fácilmente supera el millón de quetzales, si tomamos en cuenta el resto del sistema de transporte público.

Sabiendo esto, ahora si a lo que venimos, ¿quien paga todo esto?: los mas de doscientos mil quetzales del Transmetro y el mas de un millón de quetzales del transporte público en general, los está pagando nada mas y nada menos que todos nosotros.

Cuando digo todos, son todos, incluso los que usan su propio vehículo para transportarse, los que caminan al centro de votación, los que no van a votar, los que viven en una aldea remota que no tiene electricidad, ni agua, ni carretera. Ese dinero, como no puede ser de otra forma, sale de los impuestos que se pagan. Y no es necesario que facturemos o hagamos declaraciones del Impuesto sobre la Renta.

Cada vez que va a la tienda de la esquina y compra una gaseosa, está pagando impuestos, cada vez que va al supermercado o compra cualquier bien o servicio, lo está haciendo. Pero esto no es nada nuevo, simplemente es algo que se omite, cuando se promociona el transporte gratuito.

Se podrá argumentar mucho a favor del porqué es gratis ese día y el fundamento principal, es para motivar al voto, lo cual no es necesariamente cierto, cuando así como antes, se ven familias enteras paseando por la ciudad, que en algunos casos ni siquiera fueron a votar y que esta excursión de fin de semana, fue patrocinada por el campesino que realmente necesita de ese transporte y que no solo no lo tiene, sino que encima debe pagarle a los habitantes de la ciudad, su paseo dominical.

No entiendo porque se ofrece un servicio cuando ya no es necesario y que genera pérdida para los recursos del estado. Aproximadamente un millón de quetzales, es el equivalente a 39 salarios mínimos con sus prestaciones, durante un año. En un país donde nunca hay dinero para nada, gastar un millón de quetzales para que se pueda pasear gratis, no considero que sea lo mas adecuado.

Supongo que como en casi todo el acontecer nacional, no hay una medición del impacto y de la efectividad que tiene esta medida, mientras tanto, todo se queda en buenas intenciones, en viajes gratis y en un millón de quetzales menos.

Si me preguntaran a mi, diría que en base a las cercanía actual de los centros de votación, no debe haber transporte gratis porque nadie lo necesita, ni tampoco influye en que alguien vaya a votar o no ese día. Claro que esto es políticamente incorrecto porque las masas iracundas, que están a favor de los que están en contra y en contra de los que están a favor, saltarían con los discursos populistas de la gente pobre, mas pobre es aquella persona del interior del país, que paga los lujos de quienes viven en la Capital de Guatemala.

Finalmente: si queremos algo, trabajemos por ello, dejemos de ser un país de mendigos, que quiere que todo sea gratis en especial cuando no se necesita, acostumbrado a poner la mano y que sea otro el que pague.

Muy difícilmente podré borrar de mi mente, el momento en que el señor Embajador de Japón, ofrecía una donación a Guatemala, tan solo unas horas después de uno de los tsunamis y terremotos mas fuertes en la historia de la humanidad y que afectó principalmente a Japón. Mas herido y humillado del ego patrio no se puede estar.

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