La necesidad de una buena educación

El sabio Licurgo que gobernaba en Esparta quiso demostrar al pueblo cuán necesaria es la buena educación a los niños.

Para ello tomó dos cachorros de perro de la misma camada y a uno le enseñó a cazar, mientras que al otro le dejó sin enseñar nada. Cuando los perros hubieron crecido, congregó a los habitantes de la ciudad y les dijo:

– Oídme con atención: La Patria necesita de niños y jóvenes buenos, y para ello conseguir, es necesario que reciban buena y adecuada educación.

Mandó traer a los dos perros, y mientras un hombre ponía ante ellos un plato de carne, otro soltaba una liebre. De inmediato, el uno se echó sobre el plato y el otro se lanzó sobre la liebre. Licurgo dijo entonces:

– Ved el resultado de la diferente educación. Ambos animales nacieron juntos, empero se han educado de muy diferente manera, y el uno es un valiente cazador mientras que el otro es un glotón despreciable. Si queréis que vuestros hijos sean buenos, esforzados y valientes, obligadles a adquirir desde niños esas cualidades.

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