Bill Marriott, creador de la gran cadena de Hoteles Marriott, fue también un buen perdedor. Supo afrontar obstáculos, superó distintas crisis y convirtió derrotas en victorias.
Cuando le preguntaban sobre el fracaso, solía responder con estas palabras: «¿Fracaso? Jamás he tropezado con él. Lo único que he encontrado fueron problemas pasajeros.»