Gustavo Doré fue un gran grabador y pintor francés, muerto en París, célebre, sobre todo, por sus ilustraciones de la Santa Biblia y otros libros clásicos.
Un día, la policía le pidió la documentación. Como no la llevaba consigo, le condujeron a la Comisaría. Allí le preguntó el Comisario quién era.
– «Soy Gustavo Doré.»
– «¿Y cómo lo demuestra usted?» -le pregunta el Comisario.
Doré se dirigió a la ventana. Con un lápiz dibujó en unos minutos el paisaje, y se lo entregó.
– «¡Qué maravilla!» -exclamó el Comisario al verlo. «Esto no puede hacerlo otro que Gustavo Doré».
Y cuanto te preguntan si eres cristiano, tú, ¿cómo lo demuestras?