Hablar por hablar

Se cuenta que un industrial del siglo XIX dijo un día al escritor Mark Twain:

– Antes de morir, pienso hacer un peregrinaje a Tierra Santa. Escalaré hasta la cima del Monte Sinaí, y, desde allí, leeré los Diez Mandamientos en voz alta.

– ¿Y por qué no se queda aquí y los cumple? -fue la respuesta de Twain.

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