Cuando los jóvenes veían más alegre y charlador a San Juan Bosco, decían: «Hoy debe haber tenido un problema inmenso, porque está más sonriente que de costumbre.»
Y así sucedía en verdad. Un día su sacerdote le dijo:
– Comentan sus amigos que nunca lo habían visto tan alegre y comunicativo como hoy.
Y él le respondió:
– Y, sin embargo, hoy he tenido la pena más grande de toda mi vida y he tenido que solucionar un problema como nunca me lo había imaginado que me iba a llegar.