De los males sacar bienes

Cuentan que un piadoso peregrino pasaba por un bosque de cocoteros. En lo alto de uno de ellos estaba subido un mono que arrojó un coco, que dio en la cabeza del caminante.

El peregrino, hombre sabio, una vez repuesto del golpe y del primer dolor, recogió el coco y se sentó en el suelo. Con cuidado rompió el coco, bebió su dulce jugo y comió placenteramente la pulpa. Con la cáscara del coco se hizo un tazón-escudilla que le prestó buenos servicios durante el peregrinaje.

No nos lamentemos por las cosas que no tenemos, agradezcamos mejor, por las cosas que si tenemos.

5 thoughts on “De los males sacar bienes

  1. Hola!! Pepe que buen post!!
    Pienso que el mono apareció en el preciso momento en cual el peregrino necesitaba beber y comer algo. (Pero qué mono más oportuno). Aunque el golpe fue doloroso, tuvo la sabiduría para descubrir el beneficio.
    Así como este ejemplo a veces recibimos cocazos en nuestro camino y es en ese momento donde debemos de tener sabiduría.

    Viéndolo desde otro punto le ahorro el trabajo de subirse al cocal jejeje.

    Saludos!! *o*

  2. Pepe:
    Esto nos enseña que no siempre los golpes que recibimos vienen de forma mal intencionada. Es importante saber diferenciar y de quien lo recibimos.
    Pero lo más importante, aprovechar de forma sabia lo que recibimos.

    Saludos cordiales

  3. Lorena: todos debiéramos de ser en algún momento como el mono, tratar de ser lo mas oportunos posibles. Gracias por tus comentarios.

    Hugo: gracias por la reflexión que complementa de excelente manera lo del texto del artículo. Saludos amigo.

  4. hola amigo!. El desaparecido te dicen jajaja.

    es bueno recibir un cocaso de vez en cuando… nos permite darnos cuenta que aun estamos vivos. Nunca sabemos para que nos van a servir incluso las cosas que nos trae la vida, incluso aquellas que nosotros creemos malas (dispensa mi falta de tildes).

    buena reflexion, abrazos.

  5. Sin pues que linda historia verdad, como no fueron ustedes los recibieron el cocazo! De suerte que el coco era chiquito, si no me rompe la cabeza, a penas tenia agua paa mojarme los labios y ni pulpa le pude sacar. Para la proxima deja de inventarme historias!

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