No te empecines en tus puntos de vista con testarudez ofensiva.
Si te cierras al diálogo no podrás convencer a los otros insistiendo en tu opción y negándote a escuchar a los demás.
Mientras más hables y menos escuches, estarás cerrando, más y más, tus posibilidades de entendimiento con tus relacionados.
Haces odiosos los argumentos más razonables si los acompañas con ironías, burlas y descalificaciones contra los que no piensan como tú.
Cuando trates a una persona, céntrate en ella y manifiéstale buena voluntad, escuchándola con atención e interés.
Tu corazón, debe estar abierto a las personas durante todo el año, a todas horas.