Como la espada y el rifle

Predicar es un don difícil de hallar; el de orar es aún más escaso.

La predicación, como la espada, es un arma que debe ser usada a corta distancia: no puede alcanzar a los que están lejos.

La oración es como un rifle: tiene largo alcance y bajo ciertas circunstancias es aún más efectiva.

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