Nada en mi vida… se pierde

Encuentro lo que busco en la gente. Si busco a Dios, lo encuentro; si busco malas cualidades, las encuentro.

En cierto sentido, escojo lo que espero, y lo recibo. Una vida sin desafíos sería como ir al colegio sin lecciones que aprender.

Los desafíos vienen, no para deprimirnos y acabarnos, sino para dominarlos, crecer y desarrollarnos a través de ellos.

En el sabio y maravilloso plan del Padre para mí, ninguna carga puede caerme, ninguna emergencia surgir, ninguna tristeza sobrecogerme, antes de que reciba la Gracia y Fortaleza para enfrentarlas.

Una vida rica y plena no es determinada por las circunstancias y relaciones externas. Estas pueden contribuir pero no pueden ser la fuente. Soy feliz o no por lo que pienso y siento.

Nunca puedo perder algo que me pertenece, ni poseer lo que no es realmente mío.

Nunca huyo de un problema, ya que este me perseguirá o estaré en camino hacia otro igualito pero con un rostro o nombre distinto.

No nos preocupemos por mañana; hoy es el ayer por el que nos preocupamos.

Nunca forcemos la puerta; esperemos que se abra y entonces podremos entrar.

Toda persona que ha llegado a mi vida tiene, ya sea algo que enseñarme, o algo que aprender de mí.

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