¿Cómo podemos vivir en medio de un mundo marcado por el temor, el odio y la violencia, y no ser destruidos por él?
Cuando Jesús ora por sus discípulos Él responde a esta pregunta diciendo: «No te pido que los saques del mundo, sino que los defiendas del maligno».
Vivir en el mundo sin pertenecer al mundo resume la esencia de la vida espiritual.