Qué significa «amor» para los niños (Parte II)

Un grupo de profesionales le propuso a varios niños, con edades de 4 a 8 años, la pregunta «¿Qué significa amor?», y las respuestas obtenidas fueron más amplias y profundas de lo que cualquiera pudo imaginar:

«Amor es cuando mi mamá hace café para mi papá y ella prueba un poquito primero antes de dárselo, para estar segura de que sabe bien.»

«Amor es cuando besas todo el tiempo, luego te cansas de besar, pero aún quieres estar junto a esa persona y entonces se hablan más.»

«Amor es lo que hay en el cuarto contigo en Navidad si dejas de abrir regalos y escuchas.»

«Cuando le dices a alguien algo malo acerca de ti mismo y tienes miedo de que no te quieran más; pero te sorprendes de que no sólo aún te aman, sino que te aman aun más.»

«Amor es cuando le dices a un muchacho que te gusta su camisa y él la usa todos los días.»

«Amor es como una viejita y un viejito que son amigos aún después de conocerse muy, pero muy bien.»

«Durante mi primer recital, yo estaba en el escenario muy asustada, miré a toda la gente que me estaba viendo y vi a mi papá saludándome y sonriéndome; él era el único haciendo eso y entonces ya no sentí miedo.»

«Mi mamá me ama más que nadie, nunca verás a nadie más besarme por las noches antes de irme a dormir.»

«Amor es cuando mami le da a papi el pedazo de pollo más grande.»

«Amor es cuando mami ve a papi sudoroso y oloroso y aún así dice que es más guapo que Robert Redford.»

«Amor es cuando tu perrito te chupa la cara aún cuando lo has dejado todo el día solo.»

«Yo sé que mi hermana mayor me ama porque ella me da toda su ropa que no usa y después ella tiene que ir a comprar otra.»

Uno no debería decir «Te amo» cuando en realidad no es así… pero si realmente amas a alguien deberías decírselo, puede ser que a esa persona se le haya olvidado.

Comparte las sonrisas y la ternura que sentiste al leer éstas líneas… Puede que les ayude a reflexionar y recordar algunas cosas que quizá con el tiempo, ya estén olvidando. Hay momentos en que perdemos al niño que fuimos, y dejamos de utilizar la imaginación y nos volvemos torpes, pues dejamos escapar momentos que al final son los que más valen.

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