Hasta en las mejores familias…

Esta frase, que antiguamente se utilizaba para justificar, de alguna forma, la mediocridad de algo, comparándolo con otra cosa, que a juicio de la persona, consideraba que era mejor.

En cierta forma, se reforzaba el sentimiento de inferioridad, tan arraigado en nuestra cultura, en la que según esta premisa, la persona que lo decía, no se consideraba de «buena familia», pero si afirmaba que habían otros que definitivamente eran mejores.

Afortunadamente, desde hace mucho tiempo, ya no he escuchado esta deprimente frase, que en lo personal no ha sido de mi agrado nunca.

Sin embargo, una aplicación muy moderna, de este dicho popular, es el que representa la siguiente imagen.

Muchos consideran a Google, como el non plus ultra de la tecnología en internet y el que marca el ritmo a seguir. De forma consciente o no, utilizamos sus servicios y de una u otra forma, hemos comprometido nuestra privacidad y confiado información irreverente o en casos muy preciada, valiosa, peligrosa, inútil, comprometedora o de negocios, a sus muchos servicios, que van desde las búsquedas, pasando por servicios de mensajería (correo, mensajero, buzz, wave) y llegando a la publicación de contenidos escritos, fotográficos y en video.

Es mucha la información que maneja, que cuando miramos un mensaje como este, no deja de inquietarnos, por lo que le pueda pasar a nuestra valiosa información digital.

En este caso, podríamos decir: «Ocurre hasta en los mejores servidores».

Deja un comentario