Todas las preguntas que se suscitaron aquel día en la reunión pública estaban referidas a la vida más allá de la muerte.
El Maestro se limitaba a sonreír sin dar una sola respuesta.
Cuando, más tarde, los discípulos le preguntaron por qué se había mostrado tan evasivo, él replicó:
– «¿No habéis observado que los que no saben qué hacer con esta vida son precisamente los que más desean otra vida que dure eternamente? «.
– «Pero, ¿hay vida después de la muerte o no la hay?», insistió un discípulo.
– «¿Hay vida antes de la muerte? ¡Esta es la cuestión!», replicó enigmáticamente el Maestro