El cobarde grande

Una noche, durante una tormenta, una mamá estaba acostando a su hijito. Estaba a punto de apagar la luz cuando el niño le preguntó con voz temblorosa: «Mami, ¿te puedes quedar conmigo toda la noche?». La madre le dio un abrazo cálido y tranquilizador y le dijo tiernamente: «No puedo, cariño. Tengo que ir a dormir al cuarto con papá.» Después de una breve pausa, el niño contestó: «¡El cobarde grande!»

Miremos por un momento más allá del humor de esa historia y pensemos en la reacción del niño. Su temerosa súplica era comprensible. Sin embargo, su mamá quería que él aprendiera a confiar en ella incluso cuando no estaba a su lado. Ella lo amaba, pero él no lo entendió, porque no podía ver más allá de sus propios temores.

Esa es la manera como respondemos muchas veces a Dios. Pedimos algo específico, pero Él parece decir: «No, no lo voy a hacer.» En vez de aceptarlo por fe, interpretamos mal su intención: vamos a aprender a vivir en medio de períodos de oscuridad, confiando en su Palabra y no en alguna señal especial. Igual que el apóstol Pablo, debemos darnos cuenta de que estamos seguros en la promesa de su provisión, sin exigir nada más (2 Corintios 12:9).

A medida que crezcamos en nuestra relación con Jesucristo aprenderemos que la mejor respuesta a algunas de nuestras oraciones es su generoso No.

2 thoughts on “El cobarde grande

  1. pepe no sabía que éste era tu blog!!!. Había leído el título de tu blog en varias ocasiones, pero nunca había entrado hasta hoy….por alguna razón pensé que no tenías blog, creo que alguna vez que entré a tu pergil debido a un comentario que dejaste en mi blog, no apareció que tuvieras ningún blog….mmmmm…… o tal vez andaba algo chiflis jajaja. Qué bueno que te encontré.

    ME ENCANTO TU POST. De veras, me gustó mucho que incluyeras un verísculo bíblico en él. Aparte que fue un excelente recordatorio para mi. Algunas veces nos angustiamos de más por las cosas, o nos dejamos envolver en el afán de cada día….pero como dice el Gran Libro: Hay que darle a cada día su propio afán.

    Buenísimo encontrarte, en serio. Te voy a linquear de una vez pa que no te m volvas a perder jajaja.

    abrazos.

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