Es tan fácil

Una niña dedicó una noche más tiempo que de costumbre a sus oraciones. Al preguntarle su mamá el motivo, le respondió: «Estaba pidiendo que todos los malos se hagan buenos y que todos los buenos se hagan simpáticos.».

Una de las peores ofensas a la religión proviene de unos cuantos de sus más fieles adictos quienes hacen todo bien, salvo una cosa: persisten en ser desagradables cuando sería tan fácil ser simpáticos, aún cuando no estén de acuerdo con los demás.

Si se dieran cuenta de que esa nota ligeramente amarga tiene un efecto tremendo y aleja a muchos de la religión, sin duda que inmediatamente tomarían una actitud más agradable. Es muy importante ser agradablemente firme cuando es necesario ser firme. Pero ser desagradable es un signo de debilidad.

Con frecuencia nos disgusta alguna persona, no por lo que es, sino por lo que nosotros somos.

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