Hágase Tu Voluntad

Un amigo de Lincoln trató un día de consolar al presidente en sus múltiples problemas, diciéndole: «Espero que el Señor esté de nuestro lado.»

Lincoln le respondió bondadosamente, pero enfáticamente, que él no esperaba eso. ¡Todo el mundo se quedó sorprendido!

Enseguida continuó diciendo: «Eso no me preocupa lo mas mínimo ya que el Señor siempre está del lado del bien, pero sí ansío y pido constantemente que yo y esta nación siempre estemos del lado del Señor.»

El problema no consiste en que Dios se adapte a nuestros planes, porque el fin principal de nuestros planes, porque el fin principal de nuestra existencia, es que nosotros nos acomodamos a sus planes.

El trabajo más pesado que hay que hacer, especialmente en nuestros días, es cumplir con esa parte de la oración del Señor que dice: «Hágase Tu Voluntad así en la tierra como en el Cielo.»

Todos podemos ayudar a traer la paz y el orden del Cielo a este mundo tan lleno de problemas.

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