¿Cómo comenzó a celebrarse la Navidad?

Uno podría pensar que si el nacimiento de alguien debiera haber quedado registrado, sin duda sería el nacimiento de Nuestro Salvador. Sin embargo, la verdad es que no es así.

Los Evangelios no registran la fecha exacta del nacimiento de Nuestro Señor. La razón probable de por qué los evangelios no lo registran es que el enfoque de los Evangelios es el misterio de la Redención-Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Probablemente por eso es que el Evangelio de San Marcos no incluye la historia del nacimiento, sino que comienza con el Bautismo del Señor en el rio Jordán. La fecha de la muerte y resurrección si están más registradas por el evento de la pascua judía.

La pregunta que muchos se harían hoy, sería: Entonces ¿dónde y cómo comenzó esta festividad?

Antes de la legalización del cristianismo por el Emperador Constantino en el año 313, ninguna fecha universal de celebración de Navidad está registrada.

Los padres de la Iglesia Primitiva como Orígenes en el 255, Ireneo en el 202 y Tertuliano en el 220, no incluyeron la Navidad en la lista de fiestas y celebraciones de la Iglesia.

Los paganos Romanos acostumbraron reunirse en la colina donde actualmente está el Vaticano para conmemorar el «Nacimiento del sol no conquistado» . Esta fiesta la celebraban en todo el imperio del día 25 de diciembre hasta el 6 de enero.

Los cristianos de esa época, ante el auge de esa fiesta que tomaba fuerza, decidieron contrarrestar tal actividad celebrando ellos el nacimiento de Jesús y a partir del año 200 los cristianos comenzaron a celebrar, como una forma de contrarrestar tal paganismo, el honrar a Jesús con el título de «Sol de Justicia».

Muchos podrían objetar que en ese caso es mejor no celebrar nada. Sin embargo, por qué no rescatar la oportunidad de exaltar al Rey de Reyes.

Lo triste hoy, es ver cómo la mayoría de la gente ha convertido la festividad que comenzó en los cristianos del año 200, en una fiesta otra vez llena de paganismo y humanismo. Pero la Iglesia sigue llamada a exaltar en este tiempo, y durante todo el tiempo, la persona del Señor Jesús, como el único Redentor de la Humanidad.

Jesús quiere hoy reinar en tu corazón. Dale el primer lugar en tu vida y verás un cambio radical en tu existencia.

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