Oración inicial
Señor mío, Jesucristo, creo firmemente que estás aquí; en estos pocos minutos de oración que empiezo ahora quiero pedirte y agradecerte. Pedirte la gracia de darme más cuenta de que Tú vives, me escuchas y me amas; tanto, que has querido morir libremente por mí en la cruz y renovar cada día en la Misa ese sacrificio. Y agradecerte con obras lo mucho que me amas: ¡Tuyo soy, para ti nací ! ¿qué quieres, Señor, de mí?
Día 2
Santa Misa. A media tarde, Jorge entra en la cocina como un huracán y le dice a su mujer: «Hola, cariño… Voy a cambiarme. Felipe y yo vamos a jugar un partido de tenis antes de que se haga de noche». «¡Pero, Jorge! -objeta su mujer- es muy tarde y tenía preparada una excelente cena: carne a la borgoñesa, y verduras, y una tarta de limón.» «Lo siento, cariño -responde Jorge- tomaré un bocadillo en un bar. Tómatelo tú…»