Reflexiones de Cuaresma día 37

Oración inicial

Señor mío, Jesucristo, creo firmemente que estás aquí; en estos pocos minutos de oración que empiezo ahora quiero pedirte y agradecerte. Pedirte la gracia de darme más cuenta de que Tú vives, me escuchas y me amas; tanto, que has querido morir libremente por mí en la cruz y renovar cada día en la Misa ese sacrificio. Y agradecerte con obras lo mucho que me amas: ¡Tuyo soy, para ti nací ! ¿qué quieres, Señor, de mí?

Día 37

Gracia. Hace unos años dos amigos que estaban haciendo vela cerca de Bakio fueron llevados por una corriente mar adentro. Tan solo uno de ellos llevaba chaleco salvavidas y éste preguntó a su amigo: «¿Estás en gracia?». El otro reconoció que no, y el primero le dio su salvavidas porque él tenía a Jesús en el alma: Si se ahogaba iría al Cielo.

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Reflexiones de Cuaresma día 36

Oración inicial

Señor mío, Jesucristo, creo firmemente que estás aquí; en estos pocos minutos de oración que empiezo ahora quiero pedirte y agradecerte. Pedirte la gracia de darme más cuenta de que Tú vives, me escuchas y me amas; tanto, que has querido morir libremente por mí en la cruz y renovar cada día en la Misa ese sacrificio. Y agradecerte con obras lo mucho que me amas: ¡Tuyo soy, para ti nací ! ¿qué quieres, Señor, de mí?

Día 36

Sé fiel en lo poco. Plinio, un escritor romano de la antigüedad, cuenta que unos sicarios asesinaron a un hombre que tenía un perro. El perro, que se había quedado sin amo, permaneció junto al cadáver de su amo muchos días, para impedir que las aves de rapiña o las fieras carroñeras lo devorasen.

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Reflexiones de Cuaresma día 35

Oración inicial

Señor mío, Jesucristo, creo firmemente que estás aquí; en estos pocos minutos de oración que empiezo ahora quiero pedirte y agradecerte. Pedirte la gracia de darme más cuenta de que Tú vives, me escuchas y me amas; tanto, que has querido morir libremente por mí en la cruz y renovar cada día en la Misa ese sacrificio. Y agradecerte con obras lo mucho que me amas: ¡Tuyo soy, para ti nací ! ¿qué quieres, Señor, de mí?

Día 35

¿Puedo ayudarte en algo, Dios mío? En una obra del escritor brasileño Pedro Bloch, encuentro un diálogo con un niño que me deja literalmente conmovido.

– ¿Rezas a Dios? – pregunta Bloch.

– Sí, cada noche – contesta el niño.

– ¿Y qué le pides?

– Nada. Le pregunto si puedo ayudarle en algo.

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Reflexiones de Cuaresma día 34

Oración inicial

Señor mío, Jesucristo, creo firmemente que estás aquí; en estos pocos minutos de oración que empiezo ahora quiero pedirte y agradecerte. Pedirte la gracia de darme más cuenta de que Tú vives, me escuchas y me amas; tanto, que has querido morir libremente por mí en la cruz y renovar cada día en la Misa ese sacrificio. Y agradecerte con obras lo mucho que me amas: ¡Tuyo soy, para ti nací ! ¿qué quieres, Señor, de mí?

Día 34

Dolor de los pecados porque pensaba en ti. «¡Qué dolor de muelas! No puedo estudiar, ni leer, ni jugar, y ni siquiera puedo dormir «, se quejaba desconsoladamente. Alguna vez habrás tenido dolor fuerte de algo, ¡qué pesadilla!

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Reflexiones de Cuaresma día 33

Oración inicial

Señor mío, Jesucristo, creo firmemente que estás aquí; en estos pocos minutos de oración que empiezo ahora quiero pedirte y agradecerte. Pedirte la gracia de darme más cuenta de que Tú vives, me escuchas y me amas; tanto, que has querido morir libremente por mí en la cruz y renovar cada día en la Misa ese sacrificio. Y agradecerte con obras lo mucho que me amas: ¡Tuyo soy, para ti nací ! ¿qué quieres, Señor, de mí?

Día 33

Perdonar siempre. Un día, la Madre Teresa de Calcuta, encontró sobre un montón de basura una mujer moribunda que le dijo que su propio hijo la había dejado abandonada allí. La Madre la recogió y la llevó al hogar de Kalighat. Aquella mujer no se quejaba de su estado sino de que hubiera sido su propio hijo quien la dejó allí. No podía perdonarle… La Madre Teresa, que quería que aquella mujer muriese en gracia de Dios, trataba de convencerla:

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