Porque me conociste
Corría el invierno del 1999, y allí estaba Jaume Rucabado, oceanógrafo conocidísimo entre los de su gremio, languidecía en el Hospital Oncológico de Barcelona a sus cincuenta y pocos años. La quimioterapia no había conseguido derrotar al cáncer que se había afincado en el páncreas. Directo, sincero, gran trabajador, con gafas desde donde te escudriñaba. … Leer más