En cierta ocasión Napoleón Bonaparte se paró delante de sus soldados, y dijo: «Necesito diez hombres para que desempeñen una misión peligrosa, en la cual probablemente morirán. ¡Adelante, voluntarios!»
No solamente diez hombres, sino todos los cien que estaban allí, dieron un paso al frente en respuesta a la petición de su emperador.
¿Cuántos cristianos son listos para servir a su Señor, como lo fueron Caleb y aquellos soldados de Napoleón?