El TSE está intentando cumplir con su función y hacer que se cumplan las normas ya establecidas, eso está bien.
Pero dejemos por un lado eso y mi reflexión es: ¿por qué no se permite que se haga proselitismo en todo momento y se restringe a un determinado tiempo? ¿no debería ser el votante el que decida participar o no de estas actividades? Y si los cuatro años se la pasan haciendo mitines ¿no sería una delicia para sus simpatizantes el poder ver a su candidato todo el tiempo?
Otro caso ¿cuál es la razón por la que no se puede hacer proselitismo el día de las votaciones? Ese día siempre se la ve uno difícil porque no se sabe que ropa ponerse, que si la camisa es de tal color o el pantalón de tal otro, pueden creer que estoy apoyando a tal o cual partido. ¿Y qué si ese día yo me visto con los colores del partido con el que simpatizo y llevo una gorra con el nombre del candidato y una bandera con la foto del que se postula?
Por casualidad, algunas veces, he tenido la oportunidad de estar en Costa Rica previo a la elección y el día que se hace la votación y realmente es una alegría ver como en las casas se colocan banderas con los colores de la agrupación política a la que apoyan y salen a las calles a manifestar abiertamente el apoyo a su candidato y el día que se vota, no es la excepción, familias enteras vestidas con los colores de su agrupación política, alegres asistiendo a votar.
Y cuando se anuncia al ganador, se hace fiesta espontánea en parques y plazas donde los ciudadanos manifiestan explícitamente su alegría por que ha quedado su candidato. Incluso pasa al campo virtual, donde los perfiles en las distintas redes sociales, se llenan de fotos del usuario junto a su candidato.
La pregunta es ¿por qué en Guatemala nos reprimimos de expresar nuestro apoyo político? Vivimos con temor y miedo de decir por quien votamos o a quien apoyamos y es donde curiosamente, gana un candidato y cuando empieza a fallar, resulta que nadie ha votado por él. Creo que si expresáramos abiertamente nuestro apoyo, se pensaría un poco mejor sobre a quien dar el apoyo, porque si elegimos mal, todos lo sabrían, así que mejor elijamos pensando y reflexionando un poco mejor el tema.
Limitar el tiempo de proselitismo, para mi es como decirle a una marca comercial, que no puede anunciar su producto ni hacer promociones, ni presentar ofertas, ni nada y desaparecer completamente, porque así «lo manda la ley», dejando al consumidor sin la posibilidad de premiar o castigar con su consumo o no del producto. Al final el tema político vendría a ser algo mas o menos similar, guardando las distancias por supuesto.