Muchas veces y a cada momento de nuestras vidas, nos encontramos en disyuntivas que nos obligan a elegir cuál camino tomar ante determinada situación. En la mayoría de las veces, si no en todas, ponemos todo nuestros y esfuerzo y capacidades en intentar por todos los medios, que las cosas funcionen, en el ámbito familiar, en el laboral y mas que todo en el sentimental.
Las relaciones que guardamos con otras personas, son tan importantes en la vida humana, que muchas veces sin importar cuanto nos esforcemos, invariablemente todo saldrá al revés, de la forma contraria a lo planeada y todos los sueños, esperanzas e ilusiones, se van en caída libre y nos vemos envueltos en una vorágine de desesperación, angustia y desasosiego, que no permite que sigamos avanzando.
Quisiéramos que el mundo fuera al revés, quisiéramos retroceder a ese punto de inflexión en nuestras vidas, que nos llevó a la situación actual, quisiéramos cambiar esa acción, no decir esa palabra o pronunciar la que faltó, para que las cosas fueran diametralmente opuestas a lo que son actualmente.
Pero no se puede y una vez mas, estamos cual pira ardiente de angustia y temor, eligiendo un nuevo camino, tomando una nueva decisión, queriendo ahora si, tomar esa decisión oportuna y acertada, que no nos lleve al fracaso en el que nos podamos encontrar actualmente.
Si tan sólo pudiéramos hacer que el mundo fuera al revés y a veces es posible, a veces sentimos que todo gira hacia el lado equivocado, ¿o somos nosotros los que estamos solos contra el mundo?.
Solos contra el mundo, toda lucha y batalla se alcanza y se vence en compañía de esa persona en la que depositamos nuestros sueños y esperanzas, esa persona que hemos elegido y nos ha elegido como compañero de batalla, para luchar juntos contra el mundo, para hacer que el mundo gire al revés, para lograr que todo sea según nuestros sueños compartidos.
Que difícil es encontrar a esa persona que nos acompañe en la lucha y con la que haremos que nuestro mundo gire al revés.